Ensalada de canónigos


Es una hierba originaria de Sicilia, crece de forma espontánea en toda Europa. Destaca además por su frescor y por su textura crujiente, que recuerda ligeramente a los brotes germinados. Además su sabor es delicado y ligeramente ácido, que puede recordar al de las nueces. Sus hojas más sabrosas son las más pequeñas.
Crece espontáneamente en prados y praderas con cierto grado de humedad. La primera noticia de su cultivo aparece en un documento alemán de 1588, pero es probable que se consumiera desde tiempos inmemoriales. Actualmente se cultiva principalmente en Alemania, Francia, Italia y otros países europeos, es raro su consumo fuera de Europa.
Tiene propiedades diuréticas, depurativas y laxantes y también es baja en grasas y más nutritiva que la lechuga, es ideal para comer solo o cómo acompañamiento de algún plato, por ejemplo de un plato único (pasta, paella,...); más, ahora que empieza el buen tiempo. 



Ingredientes: 
  1. Canónigos (la cantidad dependerá de  cuántos comensales se sienten a la mesa y de si los haremos cómo acompañamiento o cómo plato principal)
  2. Unos cuantos dientes de ajo.
  3. Sal, aceite de oliva virgen extra y vinagre.
Elaboración:

  La elaboración es aun más sencilla que los ingredientes que lleva, pero no hay que menospreciar los platos más sencillos porque suelen resultar  tremendamente sabrosos.

   Solamente deberemos limpiar los canónigos con agua fresca y escurrirlos. Cuando estén bien escurridos los ponemos en una fuente, ensaladera, plato,... Donde vayamos a servirlos.
   Picamos los dientes de ajo, pero tampoco en tamaño muy pequeño, ya que la gracia del ajo está en morderlo de vez en cuando mientras tomamos la ensalada. Los añadimos a los canónigos (también llamados berros) por encima. Aliñamos nuestra ensalada al gusto, con aceite, vinagre y sal. ¡Listo para disfrutar!

On egin!!

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